Friday, August 26, 2011

Ladrones Vs. Asesinos

Probablemente quienes sean seguidores del mundo del cómic como yo, piensen que en esta entrada voy a hablar sobre la tregua entre dos gremios de Nueva Orleans, pero no. Dejando a un lado las aventuras, anécdotas y lugares exóticos, creo que es momento de decir algo sobre el país en que vivo y la realidad que le adolece.
Hoy desperté con la noticia que se encuentra un cuerpo decapitado en la zona de Santa Fe, a unas cuadras de mi antigua universidad, esta noticia despertó en mí muchos sentimientos, ideas y una gran impotencia. Es uno más de los acontecimientos que han hecho mella en los mexicanos durante el último año.
Cuando se anunció la guerra contra el narcotráfico hace un par de años, hubo gran apoyo de la población en general, todos estábamos sedientos de justicia y de dejar de vivir la inseguridad del asalto, secuestro, drogas, etc. Sin embargo lo que sucedió es que cambiamos ese sentimiento de inseguridad por violencia que origina miedo.
Aún recuerdo cuando todo esto era una noticia lejana: “en el estado de Guerrero se decomisa...”, “Se da golpe contra el narcotráfico en Sinaloa…”, “Se aprehenden a integrantes de La Familia de Michoacán…”. Ahora estas noticias no son datos o imágenes de un pueblo en medio de la selva, de carreteras alternas o de víctimas sin nombre. Hoy estas noticias incluyen el nombre de los barrios en que vivimos y muchas veces las personas afectadas son en primera o segunda instancia conocidos nuestros. En cuestión de tres semanas hubo un cuerpo colgado cerca de dónde vivo, un muerto frente a dónde estudiaba, conocidos que han dejado Acapulco por miedo a la violencia y 51 muertos por un atentado en Monterrey… La violencia está aquí y ya es imposible ignorar el estado en que vive nuestro país.
Está escrito en las teorías políticas que “un pueblo tiene el gobierno que merece”, lo creo. No estoy diciendo que mi país sea uno lleno de delincuentes, mentirosos y maleantes, pero sí de voces mudas. Estoy totalmente seguro que en México somos más los que vivimos “fuera” del delito consiente, que somos muchos los que queremos otra realidad y que cada día más crecen las filas de un mexicano con una manera de pensar más propositiva. Entonces, ¿por qué sigue sucediendo todo lo que nos molesta? Porque lo permitimos. Vivimos en una democracia por lo que deberíamos ser nosotros, el pueblo, quien decidiera la realidad del país. Sin embargo pareciera que no sucede así y esto es porque pensamos que para cambiar las cosas basta con vestirse de blanco y caminar en silencio por Reforma dos veces al año o con un tweett bien escrito llamando al cambio. No basta, hay que hacer más…
Pienso en las nuevas generaciones creciendo con este tipo de estímulos negativos y me causa un sentimiento indescriptible. No quiero ni pensar qué sentiría si mi hijo, hermano o sobrino pequeño llegara a preguntarme qué es eso del decapitado que oyó hoy en la escuela. Es muy importante que seamos conscientes que el hecho que las cosas sucedan no significa que sea normal, deban consideradas cotidianas y menos ignoradas. Estos hechos que vivimos deben trascender en nosotros y no quedar en la expresión “¡Qué horror!” o “Ya cámbiale al canal, siempre lo mismo”, es hora de levantar la voz y cambiar nuestra manera de pensar, hablar y actuar.
Claro que es necesario, justo y obligado que nos quejemos de lo que sucede, de eso no hay duda. La pregunta que tengo es: ¿tú tienes derecho a quejarte? Por definición en un Estado la ley se define como los lineamientos de derechos y obligaciones del ciudadano, destaco la segunda parte, OBLIGACIONES. El cumplimiento de dichos compromisos hace posible que el ciudadano pueda exigir sus derechos ya que éstos pueden ser disminuidos por el Estado en caso de incumplimiento. Ejemplo, el derecho al libre tránsito es respetado hasta que el individuo infringe la ley y es encarcelado.
¿Tienes derecho a quejarte? Yo creo que son pocos los que realmente pueden alzar la voz sin culpa y somos muchos los que antes de señalar deberíamos empezar a ver con honestidad a la persona en el espejo. Estás leyendo esto quizá en tu trabajo porque tienes un empleo, no robas ni asesinas, pagas tus impuestos, etc. Pero eso, ¿ya te da el derecho? Si nos quejamos de la violencia y falta de legalidad deberíamos ser la antítesis de estos, punto. Es necesario dejar de doblar la moral legal a nuestra conveniencia.
Siendo francos, hace falta una revolución. Y ésta no creo que deba ser en armas, como leí hoy en el estatus de Facebook de más de uno de mis contactos. Es una revolución de ideas, de cultura y sobre todo de acciones y actitudes. Por cliché que suene el cambio que necesitamos está en nosotros mismos. Es momento de ser ciudadanos más responsables y politizados. Muchos de nosotros nos quedamos con lo que vemos en las noticias sin ir más allá, sin cuestionar, leer o estudiar. Sé un revolucionario y cambia tu libro de vampiros, épica o amor por una revista de actualidad, de fondo, un código civil, etc.; lee las propuestas gubernamentales, trata de saber a qué se refieren esos términos raros cuando dan las noticas de finanzas, comparte lo que sepas con tu familia y por favor, no te vayas de puente el día de las elecciones. Llegó la hora que conozcamos y desmenucemos el cómo y porqué de la realidad que nos rodea.
Si no eres parte de la solución, eres parte del problema y eso es una gran verdad. Simplemente es cuestión de cambiar la manera en que llevamos la vida cotidiana.
Si quieres un mejor México, sé un mejor mexicano. Hay tantas cosas que podemos modificar empezando por cosas simples como dejar de tirar tu colilla en la calle, conciliar antes de juzgar en tus juntas de trabajo, deja de seguir a @AA_DF en twitter para evitar alcoholímetros y cumple con tu obligación de no tomar si manejas, no te rías de la incivilidad de la gente en videos de Youtube, en pocas palabras comienza a ser crítico contigo y no sólo con México. El civismo no es una materia que llevamos en secundaria, es una manera de conducirse y que debemos tratar de tener.
No pretendo cambiar al mundo, ni siquiera cambiar a una persona, eso sería muy soberbio. Lo único que pretendo con este texto es decir que estoy triste por México y que quiero dejar de ser parte del problema, que quiero cambiar y que espero que todos nos demos cuenta que es momento de despertar.
¿Qué pensarías si te encontraras con que el juez que acaba de condenar a cadena perpetua a un asesino múltiple es un ladrón de bancos? Lo correcto sería juzgarlo a ambos ya que un infractor no tiene decisión ni opinión sobre la conducta de otro ya que, categóricamente, son lo mismo.
No seas un ladrón juzgando a un asesino

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