Thursday, August 18, 2011

Montserrat...


Viendo a un monje tocar majestuosamente un órgano muy grande, no puedo evitar pensar lo que el hombre es capaz de hacer por su fé, sea cual sea ésta.

El monasterio de Montserrat es en verdad impresionante en su construcción y ornamentación. Una hora de tren desde Barcelona y luego 25 minutos de cremallera para una bonita vista, buenas fotos y una palomita más en el Checklist de turismo en BCN, éso es lo que es para nosotros Montserrat.

Sin embargo, hace cientos de años eran días de peregrinación para ir a ver a la virgen negra de la montaña. Además del monasterio, existe una iglesia donde se encuentra la única virgen negra en Europa. Aún hoy día los turistas o viajeros hacen 30 minutos de cola para pasar frente al nicho de la virgen y saludarla.

Es una peregrinación a Lhasa, Meca, el solsticio o equinoccio en Chichen Itza, el camino de Santiago de Compostela o subir a pie a Machú Pichú. Hacemos esfuerzos sobrehumanos heredados de una tradición que no conocemos ni comprendemos, simplemente la seguimos en aras de encontrar a través del esfuerzo físico algo más grande que nosotros mismos.

Es entonces cuando pregunto: ¿A quién llamamos paganos? Mi respuesta es que hay un pagano en cada uno de nosotros. Cada quien busca encontrar éso que falta de una manera distinta, probar un poco del pastel de la trascendencia dando un paso más que el que dió el día anterior, tocando una nota más, nadando una legua más...

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